La educación intercultural no tiene comienzo ni fin, es un proceso contínuo.
Ante los problemas que surgen en las sociedades en relación a la valoración negativa de la diferencia y de la diversidad cultural, las personas, sea cual sea su edad, no pueden saltar directamente de una situación de desinformación, en un ambiente cargado de prejuicios y estereotipos negativos, a una situación de conciencia crítica y de acción en contra de estos problemas.
La educación intercultural a de dirigirse hacia el origen de los problemas y no únicamente hacia las manifestaciones de esos problemas.
Las actitudes y conductas negativas que las sociedades mayoritarias suelen tener hacia las minoritarias se deben en gran medida a:
- Una valoración social negativa de la diferencia entre los seres humanos.
- La utilización de esa diferencia como elemento discriminatorio
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